Reyes, sucesor natural de Juanito ¡presente!

Reconozco que el derby me hace sentirme como si estuviera en la Pasarela Cibeles. Fuera complejos. ¡Viva la talla 36! Hablo, querido Manolete, de seducir, de arte, de sentimiento, de todas esas palabras que desconoces porque te has criado desde la animadversión infantil hacia todo lo que huela a blanco, hacia ese Madrid al que admiras en silencio y vilipendias en público. Por eso te cuesta entender lo de Reyes. Un jugón, un artista, un rey del mambo, un flautista de Hammelin. Reyes es madridista desde que engulló su primer biberón. Maxi será un Mini el próximo domingo...

Mira, debes entender que el chico dijera públicamente que quería venir al Atleti para lanzar un SOS al Bernabéu. Él utrerano pensó: "Si juego en el Calderón (el estadio) es más fácil que Mijatovic y Capello pidan mi fichaje". Fabio, zorro viejo, le dijo a Calderón (el presidente) que no había prisa. Que la presa estaba dispuesta a fenecer de gozo por morir de blanco satén. Anoche metió su primer golazo de Champions y en diez años llevará tantos como Superpaco Gento.

Yo, que me debo al AS y no me dejo llevar como tú por tus cantos de sirena que llegan desde el Manzanares, informé que lo de Reyes era cuestión de paciencia. El chico sólo quería venir al Madrid y, como el dinero no es problema cuando alguien quiere vestir esta camiseta sagrada, siempre supe que lo del medio millón de euros que os pagó eran una propina que él ha recolectado entre sus colegas del Arsenal.

Además, el millón y medio restante los pagará el Madrid con la gorra el próximo verano. El dinero para este sagrado club es un adorno de Navidad. No somos materialistas. Sólo buscamos la felicidad de los nuestros. Y Reyes ha tocado el cielo desde que pisó el Bernabéu. Es como Juanito, al que creíais vuestro y luego fue el verdugo del Calderón...