Espíritu navideño y esencia del deporte

Espíritu navideño y esencia del deporte

El partido del Memorial Jesús Gil venía muy a contramano. Justo veinticuatro horas después de jugar en el Camp Nou, lo que condicionaba enormemente la presencia de los mejores. Al Madrid le venía a los dos días del estacazo ante el Recre. La noche era gélida. Los alrededores están castigadísimos por el 'efecto Gallardón'. Sin embargo, el aspecto del campo fue digno. Hubo gente, más desde luego que en la Copa ante el Levante. Y hubo mucho público navideño, familiar, niños con sus padres, muchos seguro que debutantes en un derby. Es que estamos en fiestas, y el deporte es parte de ellas.

Eso lo saben en Inglaterra y lo respetan, y en realidad lo envidio. Allí no paran la Liga, porque como inventores que son saben más que nadie de qué está hecho el fútbol. Y el fútbol está hecho de fiesta y para la fiesta. Está hecho para la alegría y para la familia. Así que está hecho para las navidades, y en estos días aprietan las jornadas, cumplen su misión en fechas de vacaciones escolares, ofrecen una oportunidad a los padres para llevar a los hijos, porque no hay colegio, no hay que madrugar, los horarios se relajan. Así que el fútbol allí forma parte de esa atmósfera festiva y familiar propia de estas fechas.

En realidad, en deporte siempre es Navidad. El espíritu de estos días, paz, amistad, amor, reunión de las familias, coincide con los valores que predica el deporte durante todo el año, por más que muchos gusten en buscar en él lo contrario. De ahí esa asistencia, relativamente generosa y a contrapelo, al partido de anteanoche. De ahí el éxito durante tantos años del Torneo de Navidad de baloncesto del Madrid, o de la matinal navideña del Barça, tradiciones rotas en mala hora. Va a ser difícil, pero me gustaría que en algún momento en España se considerara la posibilidad de imitar el modelo inglés. Feliz Navidad.