No paran en Navidad y juegan más

No paran en Navidad y juegan más

El fútbol inglés ha cambiado. Cada día se latiniza más y es evidente que ha perdido gran parte de su identidad. Cada vez vemos menos partidos de fútbol directo, como no hace demasiado, y los británicos pintan menos en los equipos grandes. Wenger, Mourinho y Benítez abanderan a tres de los más grandes del momento y únicamente Ferguson salva la cara en el Manchester. Pero hay algo que jamás cambiará: el sentimiento británico por el espectáculo, la pleitesía a los hinchas y el cuidado permanente del principal motor de este invento. En Navidad el fútbol inglés no solamente no para, sino que multiplica sus partidos. Mientras vemos que en el resto de la Europa futbolística las estrellas no pierden el tiempo en coger un avión para desaparecer, en Escocia e Inglaterra son las mismas estrellas las que multiplican sus horas de trabajo, conscientes de que es en estas fechas cuando más y mejor pueden los hinchas disfrutar de ellos.

Fechas como la del tradicional Boxing Day se repite año tras año con un éxito sin igual. No hay nadie como los ingleses para vender su producto futbolístico, y precisamente ahora queda de manifiesto. Hubo no hace mucho algunos intentos de parar la actividad en Navidad, pero por suerte quedaron en nada. Las televisiones, los periódicos y, sobre todo, los aficionados salen ganando con esta avalancha de fútbol británico. Incluso todo culmina el 1 de enero cuando el año comienza de la mejor forma posible: espectáculo en los campos, ilusiones y goles para deleite de todo el mundo.