El espacio vasco en la historia del Betis

El espacio vasco en la historia del Betis

Dentro de los actos de su Centenario, el Betis celebra hoy en Bilbao uno que me resulta particularmente grato y constructivo: el homenaje a los muchos jugadores vascos que han vestido el verdiblanco bético, bastantes de los cuales están ligados a los mejores momentos de la historia del club. Será un acto en el Villa de Bilbao, aprovechando la visita del Betis al entrañable San Mamés, donde jugará mañana. Asistirán muchos de aquellos ex jugadores, o sus parientes vivos, más el alcalde de la ciudad, la presidenta del Athletic Club, el presidente de la vizcaína y un montón de viejas glorias del Athletic.

Es un bello reconocimiento del Betis al jugador vasco, que tuvo un papel troncal en el desarrollo de nuestro fútbol, colmando las plantillas de casi todos los clubes en las primeras ligas y siendo base de la Selección Nacional. Hoy la 'Ley Bosman' y las normas permisivas con la importación van recluyendo al jugador vasco en el territorio íntimo del Athletic. Pero el Betis no olvida que en la Liga que ganó, la lejana de 1934-35, seis jugadores eran vascos: Urquiaga, Aedo, Lecue, Larrinoa, Areso y Unamuno. Y tampoco olvida que ganó su primera Copa en 1977 con Esnaola de portero e Iriondo en el banquillo.

Ahora que tantos motivos aparecen para la discordia y la desunión, es entrañable este abrazo entre dos mundos aparentemente tan distantes como el Betis Balompié y el fútbol vasco. Es bonito recordar que tienen una historia en común, un orgullo compartido. Y que España está unida por hilos invisibles. Uno de ellos es nuestro campeonato de Liga. Parece tonto decirlo, pero es algo muy serio. Basta mirar con atención este guiño entre el Sur y el Norte para constatar una realidad: unos y otros somos partes de lo mismo. El Betis tiene el acierto de recordárnoslo, al reconocer el amplio espacio vasco de su historia.