Los cuernos, veinte años después

Los cuernos, veinte años después

Los 'cuernos' de Augenthaler son en Múnich una seña de identidad como la Marienplatz o la Fiesta de la Cerveza. Fueron una especie de monumento histórico a la arrogancia de aquel Bayern que se regodeaba maniatando al Real Madrid de la Quinta y de los Machos. Son ya veinte años desde ese fatal gesto, archivado en la cara oscura del orgullo del madridismo, y una página vergonzosa incluso para el protagonista, el grandullón central alemán. Hace cerca de quince años tuve la ocasión de entrevistar a Augenthaler tras un entrenamiento y llegado el momento de hablar de los 'cuernos' se resistió a escenificarlos. Moñino me cuenta que sigue igual de esquivo en el tema, aunque con buen tacto periodístico consiguió la imagen y el comentario.

El mensaje de aquella fotografía es, en realidad, el de una rivalidad rabiosa. La lucha a finales de los ochenta de Real Madrid y Bayern por volver a dominar en el Continente, después de muchos años sin hacer algo grande en Copa de Europa. Los bávaros acompañaban su fútbol con un tinte de altanería y muchos kilos de fuerza. Eran implacables, durísimos, con Pfaff, Pflugler, Matthäus, Brehme, Rummenigge, Hoennes... Tanques para el fino estilo de la Quinta que se quedó en el cuneta de aquella semifinal del 87. Tanto dolió en el Bernabéu la eliminación como la burla taurina de Augenthaler, hurgando en la fibra más sensible de la españolía. Fue una página inolvidable, por humillante, de dos clubes que vivirán siempre en permanente estado de revancha.