La historia del Puebla es un ejemplo de lucha, de sensatez y de cordura. Que un equipo femenino de un pueblo agrícola extremeño de 5.600 habitantes haya sobrevivido al fútbol mediático que trajeron hace unos años los fichajes de jugadoras como la mexicana Marigol, o la brasileña Milene Domíngues... es, sencillamente, un milagro. El equipo, que surgió en 1995 de la iniciativa de unos padres que querían complacer el deseo de sus hijas de jugar al fútbol, no sólo sigue en la brecha, sino que se permite el lujo de estar arriba junto a los equipos más poderosos de la Superliga.

La temporada pasada vivimos la desaparición del Sabadell por culpa de una mala gestión económica. El presidente del Puebla, José Luis Rodríguez, dedica buena parte de su tiempo a pedir "puerta a puerta". Hasta ahora su tesón se ha visto compensado. La Junta de Extremadura, la Diputación de Badajoz, el ayuntamiento de Puebla de la Calzada, el Instituto de la Mujer, la Caja de Badajoz y el patrocinador único, Telecotrans Construcciones, son parte vital del soporte económico del club. El Sabadell, en otro tiempo ejemplo de abundancia, es hoy historia. El Puebla, una bonita realidad.