El triunfo de la tenacidad y la calidad

Marta Domínguez, medalla esperada, y Carlota Castrejana, medalla con la que nadie contaba y que alegra especialmente, por aquello de la novedad, por aquello de que es de oro, por aquello de que ha sido conquistada tras muchos años de adaptación a un nuevo deporte, que no siempre fue generoso con ella. Tanto en el caso de la palentina como de la riojana, el éxito se explica por la tenacidad y por la calidad, las dos patas en las que asienta el éxito. Tenacidad de la triplista para dominar una técnica complicada, para luchar contra su falta de velocidad, para hacer compatible el atletismo con los estudios de Derecho y, ahora, con su trabajo en el bufete de Gómez Acebo & Pombo. Y calidad, porque sin calidad no se llega tan lejos como ella ha llegado.

La tenacidad de Marta se basa en sus largas cabalgadas por las estepas sorianas, con calor o con frío, con nieve o con lluvia. Tenacidad para seguir en la élite después de muchos años y de algún que otro contratiempo. Por ejemplo, la operación en sus tendones de Aquiles, que a punto estuvo de dejarla fuera de combate para siempre. Hay que tener mucha perseverancia para volver a la élite, para correr 3.000 o 5.000 metros con una avería como esa, que ha dejado en el camino a casi todos los que la han sufrido. Y calidad, no se olvide, que Marta tiene corazón, pulmones y músculos de oro, aunque ayer fueran de plata.