Buena temporada nos espera. Buena en cuanto a espectáculo. Los pesimistas podrán decir que poco espectáculo va a haber como Ferrari y Raikkonen repitan la exhibición de ayer. Pero suponiendo que fuera así, Ferrari va a tener un rival gracias a Alonso y los McLaren, por lo que de paseo triunfal, nada. En cualquier caso prefiero alinearme al lado de los optimistas, o los bien informados, quienes aseguran que los McLaren van a ir a más. Estupendo. Si en Australia ya estuvieron a un nivel altísimo -hay que remontarse veinte carreras atrás para encontrar un rendimiento superior- y aún disponen de un amplio margen de mejora, Ferrari tiene motivos para sentir preocupación pese a haber ganado el primer asalto.

Y los tiene, porque quien les persigue es el mismísimo campeón del mundo, subido en un coche todavía mejor que el Renault. En Ferrari se ven así obligados a sacar matrícula en cada carrera para ganar. Va a ser mucha exigencia. Para Ferrari, para Raikkonen y para Massa. Hamilton, además, dejó ayer la impresión de que va a decir muchas cosas esta temporada. Muestra la ambición de Alonso cuando éste empezó y también es capaz de conducir rapidísimo sin cometer errores. Como nada tiene que perder, corre sin echar cuentas y roza sus límites, que irá ampliando en cada carrera. Un escudero ideal. Primera carrera y primer podio. Pues sí, mereció la pena el madrugón. Y eso que apenas pasaron cosas.