Dramáticos, optimistas y relativistas

Dramáticos, optimistas y relativistas

Ismael Urzaiz habla siempre en clave positiva, optimista. Así lo hizo días atrás en una entrevista que concedió a AS y ayer en Lezama siguió expresándose en esa línea constructiva, poniendo el acento en los mejores aspectos, aunque no por ello eluda llamar a las cosas por su nombre. Sin embargo, a fecha de hoy se percibe una corriente pesimista en el entorno del club. La gente está asustada por las recientes actuaciones del equipo, de modo que la inquietud, la preocupación y las dudas han dejado paso al miedo. Se respira incluso resignación, las perspectivas se han teñido de dramatismo. Basta con poner la oreja y escuchar las conversaciones en la calle. Sí, el dramatismo se ha instalado en torno a un Athletic que vive su peor momento de la temporada.

Todo ello responde a una pérdida de fe en el potencial del Athletic, en ese potencial que Urzaiz insiste en proclamar porque el equipo lo ha enseñado y no hace tanto tiempo. Once jornadas son muchísimas y el efecto de la peor racha de resultados de los rojiblancos se puede considerar leve, pues la salvación queda a dos puntos y continúa habiendo varios equipos muy cerca. Coincidiendo con el bajón anímico en el ámbito rojiblanco, salen diciendo desde la Real o el Nàstic que no se rinden, que van a perseverar en el esfuerzo porque aún es posible salvarse. Desde el lugar que ocupa el Athletic pueden parecer voces utópicas, pero ahí están. En este preciso momento, relativizar cuanto ocurre quizás sea más fácil que ser optimista y merece la pena hacerlo.