Carmelo del Pozo propició un encuentro en Marbella entre Lopera y Juande Ramos (hotel Don Pepe). Las relaciones entre ambos no eran, eso que se dice, una balsa de aceite. Pero hablaron largo y tendido. El entonces presidente, hoy máximo accionista, pero en cualquier caso mandamás, ya tenía en la buchaca a Víctor Fernández y lo que trascendió de aquella cumbre fue que no hubo acuerdo en algunas de las peticiones realizadas por el técnico manchego relativas a sus ayudantes. De puertas para fuera, quedó entre ambos una relación cordial que el tiempo se ha encargado de demostrar que ya no existía. Lo que de verdad quemó a Don Manué fue que este técnico fichase por el eterno rival de la ciudad. Jamás se lo ha perdonado.

En el verano de 2005, Lopera paseaba la conquistada Copa del Rey por todos los pueblos. Y un día en La Algaba lanzó un furibundo ataque contra Juande Ramos apoyándose en la misma información de ABC que ayer repartió entre los informadores que cubrían la miniconcentración del Betis en Montecastillo. Y atacó donde considera que más puede doler: remitiéndole a un supuesto y añejo beticismo manifestado por el hoy entrenador del Sevilla. No era el momento de actuar así. Lo que hace falta es, de una vez por todas, echar la pelota al suelo y olvidar que hace poco más de una semana ha terminado el derbi más largo del mundo. Y también el más desagradable. ¿O acaso no ha concluido? Visto lo visto, me temo que no. Seguiremos informando... ¡¡¡País!!!