Ayer fue un día para lucirse, uno de esos en los que todo puede salir redondo. Teníamos gente en primera línea de fuego de muchos frentes: tenis, motos, ciclismo, vela, atletismo, balonmano... Precedentes hay de domingos gloriosos, pero ayer nos quedamos a mitad de camino. Nadal fue quien salvó la jornada. Nadal es un valor seguro. Sobre todo cuando juega sobre tierra batida. Ni Federer le resiste. Nadal forma con Alonso y Gasol un tridente que es la imagen del deporte español. Cada fin de semana, los anuncios que protagonizan son repetidos una y otra vez. No es de extrañar. Son las imágenes de los campeones, el mascarón de proa de nuestro deporte, al que cada vez hay más candidatos a subirse.

Las motos fueron una pena. Tres segundos puestos. Mas ahí sigue Lorenzo al frente del Mundial. Y con Bautista cada vez más arriba. Tenemos tantos grandes pilotos que si unos bajan, otros suben. Olivé se acerca a Faubel y Elías, a Pedrosa. Lástima su caída. Viendo a Stoner líder, nadie diría que Pedrosa no lo pudiera ser. Fueron unos puntos preciosos los que volaron ayer. El día que Rossi no anda hay que aprovecharlo. Fue lo que hizo Elías. En ciclismo, la competitividad y las características de cada carrera hacen más imprevisible el triunfo. Valverde y Freire al menos dieron la cara. Hermida, en su especialidad, acudió al rescate. Fue la segunda victoria de la jornada. Tampoco se puede ganar todo cada domingo.