El sábado el Atlético puede volver a la casa que nunca debió abandonar. Si se gana al Celta, y el Villarreal no vence al Athletic, los rojiblancos volverán a Europa aunque sea por la puerta de atrás. La Copa de la UEFA debe ser el primer eslabón para volver a colocar a los colchoneros entre la elite europea. Muchos fracasos se han sucedido desde que en marzo de 2000 el Atlético cayó eliminado ante el Lens francés y posteriormente, en esta fatídica campaña, bajaba al infierno de la Segunda.

Este logro no debe permitir a nadie sacar pecho y mucho menos a una plantilla que debió luchar por la Champions hasta última hora. A la entidad le vendrá bien para recuperar un prestigio que ha perdido de manera alarmante durante este tiempo. El Consejo que preside Enrique Cerezo debe tomar nota y aprovechar esta vuelta entre los grandes para reestructurar el ámbito deportivo del Atlético. Los grandes equipos se construyen con estrellas y con gente de la cantera que sienta el peso de la camiseta que defiende. Basta ya de medianías, jugadores acabados o futbolistas poco respetuosos con sus aficionados. Con el estandarte de Fernando Torres se puede lograr metas mucho más altas, que pasan indudablemente por el hecho de que el Atlético, de manera urgente y prioritaria, vuelva a la Champions.