El Atlético de Radomir Antic fue el último que jugó bien al fútbol. Daba gusto ir al Calderón a ver al equipo rojiblanco. Los madrileños pueden volver a Europa si ganan mañana. Desde hace siete años no juegan contra los mejores rivales europeos. Atrás quedaron los partidos del Atlético de Antic que dio la impresión de que podía ganar la Champions. Esa noche del Ajax quedó grabada en la mente de muchos. O las dos semifinales de UEFA contra Lazio y Parma. Ahora la entidad del Manzanares celebrará como un gran éxito clasificarse para un torneo europeo. Antes, no hace muchos años, el Atlético llegó a codearse con los mejores y paseó con orgullo su nombre por Europa. Ayer nos los recordó con orgullo Antic, el entrenador del doblete, el técnico que hizo que los seguidores rojiblancos se mostraran orgullosos de su equipo.
Antic no está muy ilusionado con este Atlético. Dice que no le transmite nada, que le aburre. Lleva razón. Lo mismo lo entiende la mayoría de la masa social rojiblanca, aunque es bueno ir paso a paso. Este año vuelta a Europa aunque haya sido a costa de aburrirse mucho y sufrir también mucho. Quizá el año próximo llegue el buen fútbol. Quizá. Antic añoró ayer ese Madrid vestido de rojiblanco cuando el doblete: niños, jóvenes y viejos con las bufandas rojiblancas. Ese dice que fue uno de sus días más felices. Desde entonces le enganchó el Atlético. Desde entonces es su casa, aunque se mantiene algo distanciado de ella. Ahora lo importante es ganar al Celta, darle una alegría a una afición que se lo merece desde hace mucho tiempo. Y a partir de ahí intentar formar un bloque ganador, un equipo como el que tuvo Antic, un conjunto grande de Europa.