Toni, la sombra del tricampeón

Toni, la sombra del tricampeón

Nada más acabar un partido que le consagraba entre los más grandes, que le convertía en el Rey de la Tierra, el colega de la televisión francesa acercó el micro a Rafa Nadal y sus primeras frases fueron algo así: "Lo siento mucho por Federer" -su cara denotaba que era verdad- y "ahora voy a seguir trabajando para ser mejor cada día". Respeto y sacrificio. Deporte, en definitiva. Deporte como lo entiende su tío y entrenador, Toni Nadal, al que corrió a abrazarse en una imagen que humaniza a estos genios que se mueven en un mundillo mercantilizado y salvaje. "No creo en la suerte, sólo el trabajo asegura los éxitos", dice un hombre que cambió la tranquilidad de dirigir el Club de Tenis Manacor por la misión de hacer de su sobrino una estrella sin dejar de ser persona.

El padre de Rafa, Sebastià, dio carta blanca a su hermano, que no quiso cobrar un duro por dirigirle. El tricampeón de Roland Garros lleva creyendo ciegamente en Toni desde que con tres añitos le ofreció una raqueta. Siendo ya número dos del mundo le convenció para mejorar su saque, para ser más agresivo, para trabajar, trabajar y trabajar. Rafa no protestó. Y ya están los dos más cerca de ese Borg al que Toni admiraba desde su tele del CT Manacor.