Su majestad el Milán ha metido la gamba, que es la pierna en italiano. Escocido por las declaraciones del representante de Kaká en este diario, el club ha optado por dedicarnos una carta que no pretende desmentir nuestra información (cierta), sino la imagen que la ilustra (igualmente verdadera). Y, claro, se equivoca lastimosamente. Primero porque la pataleta sugiere, antes que nada, miedo a perder al futbolista. Después, y sucesivamente, porque su reacción potencia la noticia que se desea anular y, lo que es peor, deja a su servicio de inteligencia en muy poco inteligente.

Si Kaká posa con una portada de campeones es porque Óscar Ribot aprovechó la entrevista para incluir al crack en la Cofradía del Clavo Ardiendo, movimiento que nos costará explicar a los italianos, empezando por la presencia de un torero y, últimamente, de un periquito de nombre Tamudo. Así que no fue truco, fue corazonada. Sobre el asedio al futbolista, nada que objetar. El Madrid ha elegido la insistencia como táctica de seducción y la estrategia, por lo que se ve, comienza a dar resultados. El chico se deja querer y el Milán quiere matarnos.