¿Y quién se sentará en el banquillo?

¿Y quién se sentará en el banquillo?

Llega Thierry Henry, un crack al que sólo le falta una Copa de Europa para que su hoja de servicios esté realmente completa. Buen fichaje, si no se tiene en cuenta que en su carnet de identidad indica que el próximo 17 de agosto cumplirá treinta años. Pero qué importa eso en un Barça que tiene hasta ocho jugadores que ya han cumplido o están a punto de alcanzar la treintena. Henry no sólo es un delantero completo, capaz de iniciar y culminar jugadas de ataque; también es un futbolista con un gran alcance mediático, de los que facturan millones de euros anuales por contratos de publicidad. Una estrella, con mayúsculas.

Así que cabe plantear la siguiente situación: estreno en la Liga, y el bueno de Frank Rijkaard debe elegir entre Henry, Samuel Etoo, Leo Messi y Ronaldinho. ¿A quién deja en el banquillo? ¿Y en la siguiente jornada? ¿Y en el debut en la Champions League? Si Rijkaard no ha podido aplicar el código de régimen interno ni administrar la lucha de egos planteada por Etoo contra Ronaldinho, pinta que el aterrizaje de Henry será tanto una solución futbolística como un conflicto interno.