Robben se piensa su continuidad

Al final de la temporada pasada, y con la posibilidad real de que Mourinho abandonara el Chelsea, algunos jugadores empezaron a sacar la cabeza del nido que el portugués les había construido y decidieron tomar partido. Lampard y Terry exigieron un regreso al inicio (nada de prima donnas, un núcleo más inglés), mientras que otros empezaron a plantearse la posibilidad de abandonar el club si no lo hacía Mourinho, una manera como otra de poner presión a Abramovich y deshacerse del entrenador.

Hay quien coloca a Robben en este segundo grupo. No sería de extrañar porque el jugador ha padecido como pocos en la plantilla los rigores de las exigencias físicas de la Liga inglesa y le ha faltado quizá el apoyo que hubiera querido de su preparador. Se ha lesionado en exceso en estos dos últimos años, pero en lugar de estudiar detenidamente los motivos de sus quejas se ha empezado a correr la voz en el vestuario de que es un hipocondríaco, lo que en Inglaterra se traduce como un cobarde. Pocas veces ha salido Mourinho a defenderle, o eso cree Robben, y muchas menos sus compañeros. El caso es que él encuentra numerosas razones para abandonar su club. Mourinho ha decidido regresar al 4-3-3 que le dio tanto éxito sus dos primeras temporadas y necesita extremos, pero las dudas que le plantean la continuidad y el estado físico de Robben y, convencido de la mayor estabilidad que le proporcionaría Malouda, acercan al holandés al Santiago Bernabéu.