En mi pueblo decimos que hasta que no levantas la albarda no ves si la borrica tiene mataduras. Hubo batalla y por fin se vio que sí, que Vinokourov y Klöden no están enteros. Esta vez sí ha sido una auténtica etapa alpina y lo mejor ha sido la reaparición de Iban Mayo. Ha atacado hasta en seis ocasiones en el último puerto, Valverde le ha respondido pero al final ha tenido que dejarle. Mayo ha sido con sus ataques el que ha provocado las diferencias. El vasco es un verdadero escalador, se ha mostrado a un nivel cercano al que tenía cuando ganó en Alpe d'Huez (2003) y si mantiene este tono nos puede dar muchas alegrías en este Tour.

Yno es el único. Creo que el ciclismo español nunca ha tenido a tantos corredores a tanta altura en un Tour. Valverde, Mayo, Sastre y Contador, cualquiera de ellos puede vestirse de amarillo en las próximas etapas. Y tampoco nos olvidemos de Pereiro, que hoy aguantó con los mejores. Mal se nos tiene que dar para que con tantas opciones no tengamos a nadie en el podio final de París. En cuanto a Rasmussen, ayer hizo una exhibición a la vieja usanza, pero no le veo como aspirante el triunfo