Ballesteros y 300.000 más

Ballesteros y 300.000 más

Se nos retira uno de los pioneros de nuestro deporte. Se nos retira oficialmente, porque oficiosamente lo estaba dado su bajo nivel de juego. Edad tenía para seguir dando guerra, que en los grandes torneos aún vemos jugar a las vacas sagradas de este deporte, pero sus lesiones en la espalda le impedían jugar a un nivel medio/alto. Sus dificultades para pasar los cortes eran grandes. Sufría y se llevaba berrinches; los últimos rumores sobre su salud terminaron de hartarle. Lo deja y punto. Pues toca ahora despedirle con honores. Ballesteros es en el golf lo que Santana en el tenis, Nieto en las motos o Fernández Ochoa en el esquí. Un pionero cuyos éxitos nos hicieron acercarnos a un nuevo deporte y, consiguientemente, a popularizarlo.

La primera vez que vimos cómo las cámaras eran capaces de recoger el vuelo de una pelotita por el aire fue en 1979. Ballesteros jugaba el British Open y lo iba a ganar. TVE consideró que aquello era importante y compró las imágenes. Eso del vuelo de la pelotita llamaba la atención. Sobre el cielo azul, volaba y volaba. Mucho tiempo además. Luego caía y se quedaba junto al hoyo. ¡Caramba! Un fenómeno este Seve. Y luego ganó el Masters, y otro, y dos British más. Y apareció Olazábal, y los hoteles con campos de golf, y los campos públicos, y a la gente le gustaba esto del golf, por el entorno, por el pique, y de repente... ¡zas! 300.000 licencias: cuarto deporte en España tras el fútbol, la caza y el baloncesto. Sólo queda decir: gracias, Seve.