Un campeón en el sitio equivocado

Un campeón en el sitio equivocado

Curioso: Alonso primero (luego sería relegado a la sexta plaza por la FIA), Hamilton segundo, los Ferrari cuarto y ¡decimocuarto! y cuando acaba la tanda de clasificación la cara de Ron Dennis era de disgusto. ¿Qué ha pasado aquí? Ha pasado que Hamilton incumplió lo acordado y dio una vuelta de más; ha pasado que Alonso, en su última detención, ha retrasado la salida; ha pasado que Hamilton, que hacía cola trás él, no ha tenido tiempo de completar una última vuelta con la que aspiraba a la pole; ha pasado que Hamilton le ha dado el cante a Dennis y éste le ha dicho que no le vuelva a hablar así.

El eje de la polémica es el retraso de Alonso en arrancar. El equipo y él mismo han explicado que se le dio la instrucción de retrasar la salida, porque había tráfico. Pero, ¿tenía que retrasarla tanto o aprovechó él para, con ese ordenador que tiene en la cabeza, apurar lo bastante como para dejar con un palmo de narices a Hamilton? Podría ser. Alonso está suficientemente harto de los privilegios de que disfruta en la escudería Hamilton, que ayer, con esa vuelta de más incumpliendo las instrucciones previas le habría dado justificación para una cosa así. Alonso no se arruga ante nada, lo sabemos bien.

En todo caso, algo huele a podrido en McLaren. Los aficionados de buena fe echamos un poco en falta el ambiente familiar, de aires casi amateurs, de Renault. Echamos en falta el discreto paternalismo del bueno de Briatore, ese simpático golfo que con tanta frecuencia cambia de novia para refresco de la última página de AS. Entre las prisas de Hamilton (buenísimo, por otra parte), la tensión que crea la prensa inglesa (lógica por otra parte) y las películas de espías que acompañan la temporada del equipo, algo nos hace pensar que nuestro gran Alonso es un campeón en sitio equivocado.