El Parma de hace una década es lo más parecido al Villarreal de hoy. Un equipo de una ciudad pequeña donde se forjó Arrigo Sacchi como el gran entrenador que posteriormente fue con el Milán. Ascendió a la serie A en 1990 con Nevio Scala como entrenador y dos años después empezó a conseguir títulos. Taffarell, Asprilla, Couto, Benarrivo, Dino Baggio y otros excelentes jugadores engrandecieron la leyenda de este equipo que, a diferencia del Recreativo, cimentó su grandeza en la portentosa ayuda de la gran empresa láctea Parmalat. Cuando la misma cerró el grifo, el cuadro parmesano comenzó su decadencia y lleva varias temporadas salvándose de bajar a la Serie B (en España, Segunda División), a ultimísima hora.

Podríamos decir que el Parma de antaño es muy similar también al Recreativo actual en tanto en cuanto son equipos pequeños capaces de transmitir a toda su ciudadanía la ilusión de sentirse iguales a los grandes de siempre. El Parma puso en jaque a Juventus, Milán el Inter y los onubenses todavía guardan el vídeo de sonoro 0-3 que le colocó al Real Madrid en pleno Santiago Bernabéu. Esta noche, bajo la dirección del malagueño Paradas Romero (posiblemente uno de nuestros mejores colegiados a pesar de ser un recién ascendido a Primera División) el prestigioso Trofeo Colombino alzará el telón. No podríamos concebir una época veraniega sin este tradicional torneo onubense, con la preciosa Carabela colombina como tesoro final.