Hay preocupación por el Calderón. La pésima imagen de los rojiblancos en Murcia y los dos puntos que han cosechado en las tres primeras jornadas ha provocado que la luz ámbar se haya encendido en el Consejo. Javier Aguirre tiene que reaccionar y lo que es ahora una tarjeta amarilla puede pasar a mayores. El desembolso en fichaje ha sido más que importante y pocos entienden que ahora la gente no sepa a que juega. Contra el Madrid se perdió, pero hubo un bloque ambicioso y que siempre buscó el área rival. La cuesta abajo es evidente ante Mallorca y ayer en la Nueva Condomina parecía que los jugadores estaban llenos de dudas: no sabían si practicar el cerrojazo o intentar rematar la faena. Al final, empate ramplón y deben dar gracias.

Las próximas citas van a ser decisivas. Racing en casa, la visita a San Mamés y la cita de la UEFA deben representar una reacción o en caso contrario que nadie dude de que en las alturas atléticas están dispuestos a tomar medidas. No quieren que se vuelva a repetir la misma historia de todos los años y comiencen las excusas. Ya sea con Aguirre o hacia los jugadores no se va a consentir que se bajen los brazos y muchos menos que al final se justifique una temporada con entrar en la Intertoto. Se acabaron los tiempos en los que Fernando Torres era el centro de las presiones. Ahora el vestuario tiene que comprender que el objetivo es la Champions o en caso contrario les cortarán la cabeza. Este Atlético está dispuesto a aplicar la mano dura sobre el campo.