Tiene su miga la excursión por los países del norte. A Dinamarca vamos a jugarnos la vida y estaremos cinco días preparando el duelo. Hasta ahí normal. Pero al acabar el partido de Aarhus, empezará una tortura china para nuestros internacionales porque la Federación quiere hacer un cumplido en Helsinki. Más vale que puntuemos en Dinamarca o los siguientes cuatro días de convivencia forzosa en Finlandia serán insoportables. Lo serán incluso ganando, me lo temo.

Este es el plan: jugamos en Aarhus y esa misma noche, a la una de la madrugada, todos al avión para dormir en Helsinki, con aterrizaje a las ¡¡cuatro de la madrugada!! ¿Qué prisa hay por llegar a la capital de Finlandia? ¿Por qué meter tanta caña a los jugadores? Y después, cuatro días enteritos mirándose unos a otros a la cara, bajo régimen de concentración, para festejar los 100 años de la federación finlandesa, entidad que como todos sabemos ha hecho muchísimo por el fútbol español y le debemos este esfuerzo. Jugamos, recemos por no sumar lesionados, pitido final y regreso a Madrid a las cinco de la madrugada. Para entonces será jueves y el sábado algunos tendrán partido de Liga. El bolo de Finlandia es exprimir más y 'gratis total' a los internacionales. Los cuatro días de España en Helsinki son un sinsentido y aquello puede ser un polvorín.