A partir de ahora vamos a tener que apuntar la fecha del Gran Premio de Brasil en nuestras agendas. Alonso, por tercera vez, se juega allí el título. En la tarde nuestra. Esta vez a las seis, no a las siete como en las dos ocasiones anteriores, porque aún no hemos retrasado la hora. La ACB ha dado muestras de sentido común y no ha puesto ningún partido esta tarde; la Asobal, tampoco, a excepción del Barcelona-Ademar. Las seis de la tarde es la hora del balonmano televisado por La 2 y tanto como TVE como el Barcelona han decidido mantener el horario previsto. A La 2 le dan igual las transmisiones de Telecinco y el Barcelona parece ignorar que el share de la Fórmula 1 en Cataluña sea tan alto como en otras comunidades.

Cuando se produce un acontecimiento excepcional con enorme respuesta popular, es una equivocación no respetarlo. Incluso el fútbol, aunque tenga vida propia al margen de cualquier coincidencia, puede sufrir hoy en las asistencias a los campos las consecuencias de que Alonso corra a las seis. Una carrera final de Fórmula 1 interesa no sólo en España, sino a millones de telespectadores. Hasta las motos, competición tan multinacional como la Fórmula 1, respeta a ésta y evita que coincidan las carreras. Y cuando es inevitable, como hoy, pone las suyas en otro continente para que sean compatibles en el horario. La Fórmula 1 es mucho Fórmula 1 y tenemos que estar orgullosos de que su máximo protagonista sea, además, de los nuestros.