Una siniestra pero inevitable relación...

Una siniestra pero inevitable relación...

Me interpela mi amigo Manolo Lama desde Carrusel, me interpelan diversos internautas en los chats. ¿Y ahora qué? viene a ser la pregunta. Se refieren a la insistencia con que este periódico ha denunciado durante las tres últimas temporadas el favoritismo de los árbitros para con el Barça. Algo palpable tanto en jugadas concretas como en la discreta utilización de las tarjetas. Y algo más palpable aún en la forma en que se trataban los errores en tal o cual dirección: desde el ostracismo de Daudén por el gol en el Manzanares hasta la final de Copa a Rodríguez Santiago tras el gol de Messi con la mano.

Aquí lo contamos, y en el recuerdo de quienes quieran mirar atrás desapasionadamente está. El Madrid penó mucho estos años. Y lo relacionamos con una verdad histórica: Laporta apoyó al villarato, frente a Florentino, que hizo lo posible por que Gerardo González fuera presidente de la Federación. El Madrid perdió esa batalla, de la que se hizo eco Sánchez Arminio en la reunión anual de los árbitros en Santander. La consecuencia fueron tres años arrasadores para el Madrid en el trato arbitral, lo contrario para el Barça. Y los consiguientes privilegios para quienes se equivocaban como convenía...

Bueno, pues ahora ya no es así. Ahora ya no está Florentino, sino Calderón, que va por su segunda temporada y ha dado suficientes (o excesivas) muestras de devoción hacia el villarato. Y eso coincide con que ya a los árbitros les cuesta menos, en esas jugaditas de quítame un rigor de aquí o añádeme diez centímetros allá, fallar a favor del Madrid. No más que a favor del Barça, ojo, pero tampoco menos. En caso de duda ya son iguales los dos. O casi. Aún me falta ver que le den la final de Copa a alguno que cometa un tremenda fechoría a favor del Madrid, como validar un gol con la mano con la Liga en juego.