La urgencia de traer a un cerebro

La urgencia de traer a un cerebro

Llegó la hora de García Pitarch. El reluciente director deportivo del Atlético debe demostrar que sus conocimientos no se limitan a las joyas que hasta el momento ha traído a los colchoneros: Diego Costa, Eller, Cléber Santana y Simao. Su gestión no es como para colgarse medallas y ya sabe que Javier Aguirre quiere que le traigan al menos un centrocampista. Motta y Raúl García no pueden ser los únicos pilares para una entidad que aspira a la Champions. La apuesta de Gil Marín no puede ofrecer a Sissoko como alternativa, cargarse la llegada de Quaresma por tener un espíritu aventurero como el de Maniche o meterle a su entrenador el marrón de Riquelme. Ya me parece triste que en la reciente Copinha de Brasil no hubiera nadie del Atlético presenciando las evoluciones de las mejores promesas del fútbol brasileño.

De su acierto en el mercado de invierno va a depender hasta la economía del club, que necesita la Champions. En los despachos también se juegan partidos. Los técnicos han avisado que el equipo se rompe en el segundo tiempo por la carga de partidos y se requieren los recambios adecuados. Los problemas en la defensa son relativos: de los veinte partidos disputados en once no se encajó ni un gol. Los agobios vienen en el centro del campo. Tanto Cerezo como Gil Marín están dispuestos a tirar de billetera siempre y cuando el refuerzo que venga sea de un nivel alto y permita aumentar el potencial de la plantilla. Lo que no quieren son conflictos. Saben que se juegan mucho. Entrar en Champions sería un mínimo de 18 millones de euros más en el presupuesto del año que viene. Y no se olvidan que la Copa y la UEFA serían un bonito doblete.