El padre que nos amigó con las flores

Al padre Mundina lo conozco desde niño. Es sacerdote de la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia y yo me eduqué en uno de sus colegios, el Jesús, María y José de Barcelona. No coincidimos en clase, pero su obra nos alcanzó a todos. Mucho antes de hacerse popular como El cura de las flores nos llegó su mensaje... y nos costó asimilarlo. No nos engañemos: los niños de los sesenta, como que muy ecológicos y respetuosos con la Naturaleza no éramos. Él nos fue convenciendo, en plan San Francisco, de que el hermano árbol y las hermanas flores son como de la familia.

Es de Villarreal y socio del equipo-milagro de Roig&Llaneza, casó al Buitre con su Sonia y bautizó a sus hijos, pero no le tengo como un loco del fútbol, al menos tanto como su colega, el padre-misionero Justo García que nos enseñó a jugar con la zamarra de la Selección que le regaló Jesús Garay, aquel defensa del Athletic que acabó en el Barça. Total, que el Madrid está en peligro: el padre Mundina va con el rival y eso es mucho.