Todo no es una cuestión de euros

Todo no es una cuestión de euros

Desde que terminó el recuento de las papeletas de los socios en la noche del 12 de julio, todo lo sucedido hasta ayer en torno a la figura de Julen Guerrero ha sido un despropósito. Un proceso abocado a culminar de forma traumática. Los detractores de Guerrero pusieron el acento en su no renuncia al contrato que poseía cuando se posicionó en las elecciones. Se equivocó, pese a que en rueda de prensa asumiera su adiós si en las urnas vencía otro candidato. Lo elegante hubiera sido irse para volver a entrar, apechugar con el riesgo. No hacerlo así le perjudicó y también a Ercoreca. En cuestiones de este tipo, con la intención no basta. Pero a partir de ahí, el comportamiento de los rectores del club no es de recibo. La máxima que dice que el club debe siempre estar por encima de las personas aquí no se ha observado en el apartado de las obligaciones. Al revés.

La directiva, con su actitud y falta de perspectiva, ha sido incapaz de gestionar esta crisis como el prestigio de la entidad reclamaría. Su primera decisión fue no decidir nada, un modo de funcionar que ahora ya se sabe que es su seña de identidad. García Macua le dio largas a Guerrero hasta septiembre, y pronto empezaron a deslizarse datos y rumores al gusto de los inquilinos de Ibaigane, otra práctica común. La táctica de desgaste ha corrido a costa de la imagen del club, y ahora venden el asunto como un éxito económico. No es nuevo (Padilla, Núñez,...), pero sí es sintomático que reduzcan todo a una cuestión de euros.