Si no se compite te golean

Cuando juegas sin intensidad y no compites pasan estas cosas", dijo ayer Luis García tras el 4-0 del Murcia al Espanyol. Poco más habría que decir. ¿Qué mereció ayer el Espanyol? Perder, sin duda, y quizá también que el triunfo del Racing le dejara fuera de Europa; lo que motiva que el partido de la próxima semana sea una final. A lo mejor así jugadores y técnicos se volverán a poner las pilas que ayer tuvieron descargadas, quizá anestesiadas por el viento por ver a Javier Clemente, un amigo en apuros. En efecto, la angustia gana partidos.

El Murcia moría por los tres puntos y los consiguió. Seguramente, el Espanyol no se acordará dentro de unas semanas de la tarde semi-vergonzosa en la Nueva Condomina, igual que la de hace algo más de un año en el Nou Estadi de Tarragona (otro 4-0). ¿Y por qué no se acordarán? Porque han sido tantas ya, han sido tantos los equipos moribundos que se han reanimado por culpa de una incomprensible actitud... Se puede entender una tarde desacertada pero no un ridículo de esta categoría. Nunca un aficionado perico exigirá un triunfo, jamás, créanlo, lo que sí que reclama es otro talante. El primer paso es que los propios futbolistas lo reconozcan. Y algunos ya lo han hecho.