Por fin hay lluvia de medallas

Por fin hay lluvia de medallas

La natación española está de enhorabuena. Jamás se había visto una lluvia de medallas semejante en unos Europeos. Ni siquiera en ediciones anteriores, como la celebrada en Madrid, donde echamos el resto. Ya no son sólo los cuatro oros de la sincronizada, sino el oro de Mireia Belmonte, las dos platas de Erika Villaecija, la plata y el bronce de Nina Zhivanevskaya y los bronces de Rafa Muñoz. Un balance récord en las pruebas de piscina que hoy pudiera incluso incrementar Belmonte para acreditarse como la nueva figura de nuestra natación. Por delante de Erika, que ya es decir, por delante de Nina, que es más aún porque ha vuelto en plenitud. ¡Increíble lo de Nina! Olímpica en Barcelona y 16 años después sigue ganando medallas.

Un buen ejemplo para los demás miembros del equipo. Con un trabajo muy duro llegan los resultados. Justo lo que prometía Coconi, el director técnico italiano fichado por la Federación para poner fin a la mediocridad general de la natación española. Los métodos de Coconi no gustaron en el equipo. Llegó a endurecer las mínimas de participación en los campeonatos para quedarse sólo con los mejores. Y a éstos les propuso sesiones de trabajo agotadoras. Hubo tensiones en el equipo. Sobre todo por parte de nadadores con entrenadores personales a los que restaba protagonismo Coconi. El caso es que por fin hemos visto la luz al final del túnel. Este equipo promete. Gana medallas y bate récords. No es un milagro; es trabajo.