El Depor por fin está sintiendo la importancia de contar con un verdadero 'nueve'. No recuerdo un hat-trick de un pivote o de un central, jugadores que tienen su papel y que pueden aportar goles, pero de cuando en cuando. El primer gol de Xisco en Santander es de depredador, de delantero con hambre que lo fabrica de la nada. El segundo tiene exquisitez y la obsesión por los tres palos que sólo circula por las neuronas de un verdadero goleador. Contar con un jugador así es lo que desequilibra, lo que te hace dar un salto de calidad. Hace años, en la etapa de Irureta, cuando los partidos se atascaban... balón a Makaay y a rezar. Las plegarias, tenían éxito.

Me pueden decir que 'menudo descubrimiento'. Que el chaval estaba ahí desde el principio de temporada. Cierto, pero el Xisco de hoy tiene poco que ver con el que volvió en junio del Vecindario. El balear ha dado un salto de calidad a base de goles, y mientras no pierda la garra, su juventud y progresión le dan opciones de entrar en el Olimpo (vendas al margen). Ya es el cuarto jugador más efectivo de la Liga, un dato importante si se tiene en cuenta que sólo faltan siete partidos para echar el telón. Después de tres años de sequía, el Depor vuelve a comprobar la fuerza de tener un 'nueve' (el tramo final de Tristán no cuenta). Un año más sobrevivimos en Primera, pero por favor, no cambiemos euros por goles si no queremos otra pesadilla la próxima temporada.