Los BMW ya están aquí

Los BMW ya están aquí

La situación de Fernando Alonso en el Mundial 2008 es delicada, y no sólo porque el R28 de Renault se haya revelado como un proyecto fallido. El problema añadido es que sus rivales, más allá de Ferrari y McLaren, han pisado el acelerador y están dejando atrás a los monoplazas del rombo. El caso más llamativo es el de BMW, que ahora es el tercero en discordia pero con capacidad, incluso, de poner en apuros a los más claros favoritos. Era una cuestión de tiempo que los coches alemanes ocuparan esas posiciones, porque la bávara no es una marca que esté en la Fórmula 1 para jugar el papel de comparsa. Hacen coches de calle magníficos, de enorme éxito comercial, y todo ese prestigio no podía quedar comprometido con discretos resultados deportivos.

Cierto es que otros fabricantes, fundamentalmente los japoneses de Toyota y Honda, comparten ese planteamiento general aplicable a BMW y, sin embargo, su rendimiento no termina de ser el esperado y deseable. A mi parecer, lo que diferencia a los alemanes es precisamente eso: que son alemanes. Quiero decir que tienen una forma de entender el trabajo, el método, la evolución y la ingeniería que se adapta como anillo al dedo a la competición. Cuando veo a Mario Theissen, el jefazo del equipo, me da la sensación de que es un tipo que sabe lo que se hace, lejos de otros modelos más mediáticos de este negocio de las carreras. Y tanta seriedad y saber hacer son las claves de un esperanzador panorama que creo que no ha hecho sino comenzar a perfilarse.