Meter la pierna es la cuestión

Viene el Racing y estamos con una mano delante de la cara, como el que ve La Matanza de Texas con ocho años y la luz apagada. Hay terror al partido, por el momento que vive el Valencia y porque la Copa es el maná. Si lo es para nosotros, imagínense en ese vestuario. Viendo el panorama me cuesta imaginar que al profesional, antes de hacer una falta como último hombre o meter la pierna ante Duscher, no le cruce la mente, en un microsegundo, la posibilidad de perderse la final. ¿Qué debe hacer Koeman? ¿Jugar con todos los que considera titulares o reservar futbolistas? Lo tendría muy claro. Jugar con todos y advertir de salida: el que se reserva medio gramo de fuerza o no exponga lo suficiente, no irá ni convocado al Calderón. Y cumplirlo.

Ganar el título, es obvio, sería una gran alegría para todos y jugar la UEFA el mínimo exigible hace unos meses. Pero, no sé si desde un apasionado sentimiento temeroso, ahora mismo cambiaría todo por dos victorias ante el Racing y el Athletic. Así está el patio de duro. Ayer dialogaba con un notable valencianista y me preguntaba cuándo se darán noticias positivas del Valencia. "Cuando ocurran", le contesto de corazón. Abro el periódico y veo la clasificación de una Liga hecha para ser la octava, pero no se roza ni entrar en Europa. En el teletexto me asustan las cifras objetivas de Koeman; Salgo a la calle y detecto temor a un final de temporada dramático. Enciendo la tele, veo la Champions y ninguno es mi equipo. "Cuando ocurran", reitero. De verdad.