De la casa de Cruyff a Molowny

De la casa de Cruyff a Molowny

Fue el 20 de mayo de 1998 y hoy lo recuerda Robinson en su informe. Gran programa éste, que no convendrá perderse. Sólo tiene una pega recordar la Séptima: que ya pasaron diez años. Parece que fue ayer, pero es un pedazo de tiempo. Como el testimonio de los protagonistas y el gol de Mijatovic lo verán ustedes por la tele, les cuento mi batallita: empezamos la excursión por Amsterdam colocando unas banderas del Madrid en la casa donde nació Cruyff. Para espantar los gafes. Estuvimos en el hotel del Real y Raúl nos guiñó un ojo: "Ganamos". La Juventus de Zidane y Del Piero era favoritísima.

La hora del partido no llegaba nunca; ya saben que recomiendan ir con tiempo a esos partidos. Faltaban dos horas cuando Alfredo Relaño, Eduardo Torrico y un servidor tuvimos la aparición clave de la final: en un rincón del estadio estaba Molowny, el hombre con más flor del mundo. Nos miramos, le tocamos y ya no dudamos: con él allí, el Madrid sería campeón. Llegó la final, la alegría, la visita a los campeones, la noche corta, la vuelta a casa. Hoy es 20 de mayo de 1998, otra vez.