Reyno de Navarra, no Franja de Gaza

Hace años que me parece injustificada la aprensión con que desde el Madrid se esperan las visitas al campo de Osasuna, antes El Sadar, hoy Reyno de Navarra. Es verdad que hubo años feroces, cuando La Quinta del Buitre. Los grupos ultras de El Sadar (abertzales que hacían del Madrid, como se hace en tantas partes, símbolo del poder central) la tomaron esos años con Buyo y unos cuantos más. De aquello se derivaron partidos muy accidentados, y hasta un cierre de El Sadar, por petardos a Buyo. Pero aquello fue en 1988, hace ya veinte años. Y cada vez que va el Madrid allí, seguimos hablando de eso.

Es un error y un desenfoque de la situación, y en Pamplona harta lo suyo, porque parece que se confunda el Reyno de Navarra con la Franja de Gaza cada vez que lo visita el Madrid. Hace muchos años que no hay incidentes en estos partidos, ni el ambiente que encuentra el Madrid en ese escenario es sustancialmente distinto del de cualquier otro campo. En estos años Roberto Carlos fue descalabrado en el Camp Nou, allí mismo renunció Figo a sacar los corners un año, y al siguiente, cuando los sacó, cayó de todo, hasta una cabeza de cochinillo, y el partido tuvo que ser interrumpido veinte minutos.

Y sin embargo, cuando el Madrid va al Camp Nou nadie piensa que va a un sitio peligroso. Y sí se dice, o se piensa, o se escribe, cuando va a Pamplona, por cosas que pasaban hace veinte años y que hace mucho que no pasan. Anoche llegó el Madrid al aeropuerto de Pamplona y le recibieron doscientos partidarios. Francamente, no espero para esta noche más ambiente que el propio de una afición cuyo equipo necesita ganar para huir del descenso. Si por algo está en guardia la afición de Osasuna es por los arbitrajes que ha sufrido, y sus motivos tiene. Pero no por un pretendido odio atávico al Madrid.