Los ciclistas no aprenden

Los ciclistas no aprenden

La incautación de material dopante por parte de la policía judicial portuguesa al equipo LA-MSS, donde corren ciclistas implicados en la Operación Puerto, es una prueba más de que los ciclistas no han aprendido la lección. Saben que la persecución comienza a ser implacable y, pese a ello, siguen dopándose. Luego se quejarán de que no hay patrocinadores y de que el ciclismo agoniza, pero son ellos, y el silencio de sus compañeros, quienes lo están matando. El dopaje sigue siendo una realidad en el ciclismo. Ahí está el positivo de Vila, que iba a ser jefe de filas del Lampre, el de Petacchi, todo un mito del ciclismo, el de Mayo, quien todavía anda pleiteando por su inocencia, y lo que es peor, lo que se ve pero no se dice en los laboratorios.

Los laboratorios están detectando decenas de muestras donde aparece la EPO pero un tanto difuminada, por lo cual no se pueden declarar positivas. Además, en los análisis cuantitativos las muestras rozan el límite permitido, evidencia de una ingesta controlada. El dopaje sigue estando ahí, y sólo cuando la policía actúa se ve la verdadera dimensión del problema. Portugal ha sido el último refugio de los desahuciados y donde ha muerto el último ciclista, Bruno Neves, cuyas verdaderas causas del fallecimiento comienzan a indagarse, mes y medio después de que otro corredor, Valentino Fois, muriera a los 34 años de una lipotimia. Pues mejor dejar morir el ciclismo a que sigan muriendo corredores en extrañas circunstancias.