Espacios, bandas y Gerrard

Espacios, bandas y Gerrard

Sufre el Niño con la Roja, mientras triunfa con la red y España se pregunta por qué. No hay una verdad absoluta que resuelva el misterio, pero sí un compendio de factores que benefician su juego en el Liverpool y que tienen que ver con que Benítez ha sabido explotar al máximo sus virtudes. De entrada, el Niño se atasca en esa apuesta de espacios reducidos y saturación por el centro, donde no encuentra su lugar entre tanta pared cortita y regate de baldosa. Lo suyo es gozar de una pradera en la que liberar su poderosa zancada, correr a la espalda del central y caer a banda para entrar en diagonal y, de eso, poco o nada.

La renuncia a los extremos de Luis le mata porque carece de suministro de balones desde las bandas para entrar a rematar de cara. También le merma (normal) la ausencia de un Gerrard, su mejor socio, pues le regala los envíos largos que no tiene en la Selección. Más, Benítez le ha enseñado dónde colocarse cuando defienden para que, en cuanto roben, esté bien situado para salir a la contra. Por eso siempre nos parece mejor situado en el Liverpool, fútbol de laboratorio que los cracks también necesitan para rendir.