La labor que Pedja Mijatovic viene desarrollando a lo largo de estas dos últimas temporadas en el Real Madrid es sobresaliente. Estoy muy feliz por ello. ¿Por qué? Sencillamente porque desde el principio aposté por el valor y la profesionalidad del montenegrino.

Veamos: Van Nistelrooy es la mejor y más rentable incorporación, Diarra ha estado explosivo en el tramo final de la Liga, Higuaín y Gago han sido imprescindibles para la plantilla, Sneijder se ha adaptado plenamente, Marcelo se ha mostrado en clara progresión, además de Cannavaro, Pepe, Heinze y Robben. Todos han sido buenos. También las numerosas bajas o no renovaciones han sido todo un acierto. Y ahora el posible fichaje de Cristiano Ronaldo que también contaría en su haber.

Mijatovic vive el fútbol como pocos. No se pierde una sola jornada de los equipos filiales en Valdebebas y ama profundamente al Real Madrid. Además, está en perfecta sintonía con el presidente Ramón Calderón y con su equipo: Bucero, Michel, a quien incorporó como director de la cantera, Portugal y todos los demás.

Sin olvidar, claro está, su clara apuesta por Schuster, que ya tenía difícil la papeleta de mejorar la estupenda labor de Capello. Chapeau, por tanto, para Mijatovic. Finalmente se ha hecho justicia con él y algunos de sus críticos, que han sido muchos, no saben ahora dónde esconderse. Aunque otros, ahora, tampoco dudan en alabarle.