Los mismos errores, una y otra vez

Los mismos errores, una y otra vez

Comentaba con un amigo, hace un tiempo, que el ser humano tiene la tendencia a cometer el mismo tipo de errores durante toda la vida. No menos o más, porque no hablábamos de cantidad ni de calidad, sino de estilo. Solemos provocar nuestros problemas con el mismo tipo de errores. Con lo acaecido en el pit lane del circuito Gilles Villeneuve de Montreal el pasado domingo, tengo la seguridad de que aquella premisa es cierta. O al menos, en determinados seres humanos, ¡se cumple a rajatabla. El tremendo error de Lewis Hamilton, aparte de haber resultado bochornoso porque ocurrió en un sitio donde había muchísimas cámaras, no deja de ser un accidente de tráfico provocado por una distracción, mezclada con la dosis necesaria de ansiedad.

Separados por muy poco tiempo entre sí, los hechos ocurridos en Shanghai e Interlagos en 2007, y en Montreal el pasado fin de semana, están cortados por el mismo patrón. Son errores al mejor estilo Lewis Hamilton. Llevan su marca. Falta de templanza suya en los momentos adecuados, aunque también ausencia de previsión en su equipo. Porque así como a Kimi Raikkonen y a Robert Kubica les advirtieron desde su box que ese semáforo podía estar en rojo, lo mismo debieron hacer en McLaren. Igual que deberían haber hecho en China cuando, por querer humillar a los rivales, se quedaron sin ruedas y con las manos vacías. Aquella vez perdieron el Mundial. Y ahora no vaya a ser que la historia se repita cuando hagan cuentas a fin de año...