Una gestión deportiva muy alegre

Una gestión deportiva muy alegre

Todavía hay que esperar, cuestión de horas o días, pero parece seguro que Del Olmo va a ser fichado para la plantilla de Joaquín Caparrós. Se trata de un futbolista sin contraste en la elite, un proyecto que viene avalado por su capacidad para ir amoldándose a las exigencias de las sucesivas categorías por las que ha ido saltando. Acaba de completar una bonita temporada en Segunda y recibe la llamada del Athletic. Sobre el papel, un fichaje menor que se produce en un contexto marcado por las apreturas económicas admitidas por los rectores de Ibaigane. No es el delantero al que Caparrós daba prioridad en su lista de refuerzos, que en lo que respecta a la línea de ataque aparecía encabezada por un jugador como Joseba Llorente. El ya ex goleador del Valladolid ni siquiera fue tanteado por García Macua por el motivo ya apuntado.

Esta llegada de Del Olmo bien pudiera ser que coincida en el tiempo con la marcha de otro futbolista que actúa en una posición similar. David Cuéllar, que firmó por dos años el pasado verano a cambio de abonar 400.000 euros al Nàstic, tiene las maletas hechas porque no está por la labor de pasarse otro año en blanco. Lo normal es que el Athletic no le ponga excesivas pegas para que se vaya, después de que su paso por el club haya sido un sonado fracaso, no tanto suyo, como de los responsables de su repesca. Fracaso en lo deportivo y en lo económico. La ficha de dos años y el importe del traspaso, a la basura. Y en tiempo de vacas flacas.