Sin caja, todo suena a serpientes

Sin caja, todo suena a serpientes

El margen de maniobra del Athletic en el mercado es prácticamente nulo. En este sentido, aunque se trate de una salida, ahí está el caso de David Cuéllar para ilustrar que la falta de dinero constituye un freno insalvable para cualquier operación. El club deja ahora marchar a un jugador que compró no hace ni un año con tal de quitarse de encima una ficha (que no pasaba de modesta) y, de paso, ganar una plaza en una plantilla muy numerosa. El fracaso en este asunto es obvio, pues aunque se evite abonar la ficha del segundo año que Cuéllar tenía firmado, no cabe duda de que se le fichó para nada, invirtiendo un capital sin calibrar la vertiente deportiva del negocio. Era época de tirar la casa por la ventana al calor de unas elecciones todavía recientes.

Iñigo podría ser interesante por el tipo de delantero de que se trata. Incluso, como acostumbran en aquellas iniciativas que les interesa publicitar, la directiva y Caparrós podrían esgrimir sin temor a equivocarse la ilusión del chico por vestir de rojiblanco, pero el problema es cómo pagar al Murcia. O cómo a la Real por Xabi Prieto, aún más caro. Sin caja, todo suena a serpientes de verano.