Y encima, Casillas es el más listo

Y encima, Casillas es el más listo

El brazalete de España no ha podido caer en mejor brazo. Iker Casillas es nuestro abanderado. Ese enorme cartel que se levanta a orillas de la Nacional V le hace justicia: "No soy un galáctico, soy de Móstoles". España no sólo puede ganar una Eurocopa en Austria, sino que puede conquistar el corazón de Europa. Basta con que le hagan caso a Iker, que no sólo es el mejor sino que también es el más listo. Viene esto a cuento porque al final del partido ante Rusia observé un detalle que se quedó sólo en un intento cuando debería haber sido mucho más.

C uando los chicos de Luis se despidieron de la afición española situada en la tribuna sur del Prater, Iker se giró y le pegó una ovación prolongada a los seguidores rusos, que habían tenido un comportamiento impecable. El capitán solicitó a sus compañeros que hicieran lo mismo, pero no hubo unanimidad. Algunos le siguieron con timidez, pero hubo uno que con aspavientos animó a lo contrario. Me callo el nombre porque confío en que a la próxima rectifique. Pero que él sepa que le he tomado la matrícula por dos razones: por no hacerle caso a su capitán y porque por su culpa se perdió una ocasión de oro para que Rusia nos mire con cariño y simpatía cuando España no sea su rival. Así no se hace patria, querido.