Antoñito, el Romario de El Polígono

Antoñito, el Romario de El Polígono

La definición es genial y detesto que no sea obra mía. La autoría le pertenece a Manolo Jiménez, actual entrenador del Sevilla. Fue él quien lo rescató de los campos de albero, cuando andaba perdido, para devolverlo al fútbol profesional. La vida, después de caminar por algunos lados oscuros, le dio otra oportunidad. Y la aprovechó. Antonio agrupa la genialidad de un tipo como Romario, que mezclada con el fútbol de barrio humilde de Sevilla (El Polígono) crea un producto incatalogable.Es capaz de lo mejor y de lo peor. A veces, se pierde entre despistes, pero cuando aparece es un gozo. Yo he visto cómo era capaz de poner en pie a 45.000 personas con un regate sólo al alcance de los elegidos. Y cómo convertía el fútbol en pinceladas artísticas en partidos con amigos disputados en cualquier rincón de la ciudad. Así es él. Dueño de una calidad desorbitada, de una habilidad maravillosa, de un regate extraordinario. Su juego es arte. Como las pinceladas de Velázquez, como el canto de Camarón, como los naturales de Curro. Si lo fichan, no lo cambien y disfruten con él. Se emocionarán.