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Fabián Ortiz

Soriano quería renovarles

Actualizado a

No es una broma, no. Ferran Soriano, hasta el jueves vicepresidente portador de la llave de la caja de caudales culé, el hombre de las presentaciones en Powerpoint, del círculo virtuoso y de los pases de prestidigitador para presentar superavits inverosímiles, lo dijo en público hace pocos meses. En concreto, fue el 15 de febrero cuando Soriano, aspirante a la presidencia del Barça, dijo esto: "Por encima del dinero, Ronaldinho es uno de los nuestros. No se va, no se irá y no está en venta. Y cuando han venido a preguntar por él y nos han hecho ofertas las hemos rechazado, porque no está en el mercado". Es de suponer que Soriano resumía el parecer de toda la directiva, incluido, claro, Joan Laporta.

Cinco meses más tarde y 15 kilos de sobrepeso después, Ronaldinho sólo tiene una oferta (Manchester City) y un pretendiente en su panorama profesional. De los 80 millones de euros que se calculaba podía costar hace un año no queda ni rastro, y hoy el Barça lo vendería por un puñado de dólares. O de dirhams. O de pipas. Porque Ronaldinho hoy es un lastre, un lío, un marrón. De aquel discurso algo mafioso, del uno de los nuestros, ya no queda nada. Soriano ya no puede rendir cuentas por las ofertas que rechazó, pero sí pueden (y deben) hacerlo Laporta y los que quedan.