El Barça no tiene fuerza en los foros

El Barça no tiene fuerza en los foros

Aunque Joan Laporta se regocija cada vez que se abraza con Michel Platini, Karl-Heinz Rummenigge, Joseph Blatter u otros tipos de ese calibre político-futbolístico, lo cierto es que el Barcelona dista mucho de tener hoy el peso específico de otras épocas en los foros internacionales donde se corta el bacalao. El club, en manos de una directiva de recién llegados, ha perdido músculo en las grandes discusiones, más preocupado su presidente por su proyección personal y su futuro a dos años vista, cuando deba abandonar el cargo (si la asamblea no lo obliga a hacer las maletas antes).

El caso de Leo Messi y su disyuntiva acerca de jugar en Pekín con Argentina o la previa de la Champions League con el Barça no es, ni mucho menos, el único en el fútbol europeo. El Bayern Múnich se negó a ceder a Demichelis, el Inter hizo lo mismo con Burdisso, el Real Madrid retiene a Heinze y el Depor, a Coloccini. Sin problemas. Sin conflictos. Pero el Barça de Laporta, del secretario Begiristain y otros ejecutivos tan bien pagados, se va hoy a Escocia sin saber qué pasará con Messi. Y temiéndose lo peor, o sea, tener que verlo por televisión en agosto.