Samuel es el mejor... con esparadrapo

Samuel es el mejor... con esparadrapo

Dice el tópico, refrán o aserto popular que a grandes males hay que aplicar grandes remedios, pero a veces conviene más una solución casera, una chapuza, algún truco digno de McGiver, que clavar el bisturí en busca del problema por la vía quirúrgica. A estas alturas del verano ya saben hasta en Samoa que a Pep Guardiola no le gusta Samuel Etoo. Mejor dicho, que le gusta cómo juega, pero no cómo se comporta en el vestuario, en lo que tiene que ver con el espíritu de grupo, en sus declaraciones públicas, siempre con el ego por delante.

Así, mientras el inefable Begiristain sigue bailando el txiki-txiki para ver si consigue engañar a alguien y colocarle a Etoo, lo que retrasa de manera preocupante la incorporación de otro nueve (sensiblemente inferiores a Etoo, se llamen Drogba, Berbatov, Adebayor, Arshavin o Villa), el camerunés ya marca en la pretemporada y amenaza con empezar a abrir la boca no sólo para celebrar sus goles. Una chapuza, una solución casera, un trozo de esparadrapo que selle los labios del hermano Samuel, una charla sincera con Guardiola del tipo "si vuelves a rajar haremos que parezca un accidente", quizá bastara.