Después de toda una vida hablando sin saber, quiero agradecerle al Atleti esta oportunidad de hacerlo sobre un tema en el que soy un verdadero experto: dejarlo todo para el último instante, llevar los exámenes finales cogidos con alfileres, que te pille el toro, ser un mal estudiante, en definitiva. Aquí estamos, en el momento más importante para el club de lo que va de siglo, rezando para que nos salve un jugador que aterrizará en Madrid 72 horas antes de la cita con el Schalke, con jet lag, agotado y sin conocer de nada a varios de sus compañeros titulares. Hace meses que se sabía que sucedería. Y dio igual. Porque los ideólogos rojiblancos decidieron no fichar antes al dichoso y vital cerebro. ¿Resultado? Ni goles ni peligro en Gelsenkirchen. Y ahora toca milagro de Agüero.

Miren al Schalke, con Engelaar y Farfán integrados desde hace un mes. Lo llaman planificación, término desconocido en el Manzanares. La excusa: "Tenemos hasta el 31 de agosto para cerrar la plantilla". Craso error. Si te juegas la Champions tres semanas antes, has de tener los deberes hechos para entonces. Otra: "Ficharemos si pasamos la previa". Ya. Pues podían haber esperado también antes de subir los abonos, así el aficionado podría decidir: "Con Diego renuevo; con Cléber, no". En fin, un espanto. A veces el "que sea lo que dios quiera" funciona. A veces. Yo saqué Periodismo así, pero en Industriales aún estaría en tercero. Sinceramente, creo que el Atleti va a pasar, pero será gracias a las lesiones alemanas, al Calderón y a Kun. Los dirigentes, suspenso total.