Bolt está rompiendo todos los esquemas. Bolt está revolucionando la velocidad. Bolt ha conseguido lo que nadie en la historia de los Juegos: ganar con récords mundiales los 100 y los 200 metros. Los límites de Bolt en los 100 metros aún se desconocen; en los 200 ya se conocen y nos deja perplejos. Los récords, sí, están para batirlos, pero el de Michael Johnson, por sideral, no entraba en las previsiones de los próximos años. Quien más se había acercado a él, y no era Bolt, se había quedado a 32 centésimas de diferencia.

Con Bolt ya nada parece imposible. Bate el récord de 100 metros deteniendo su progresión a los 70 para entrar bailando; bate el de los 200 corriendo esta vez en serio pero con un viento en contra de ¡0,9 metros por segundo! Para él eso de que los récords se baten con todo a favor y nada en contra no vale. Él establece los récords cuando le da la gana. Y con tal diferencia que ni siquiera acortando el camino quienes le siguen lograr acercársele, caso de Martina y Spermon ayer, descalificados por pisar la línea en la curva.

Bolt, con sus récords, se sitúa al frente de los mejores velocistas de todos los tiempos. En una final virtual, poniendo sobre la pista la mejor carrera de cada uno, ganaría a Powell, Gay, Greene, Bailey, Surin, Burrell y Gatlin en los 100 metros; en los 200, a Michael Johnson, Gay, Carter, Spearmon, Fredericks, Dix y Mennea. Todos ellos atletas tan sumamente rápidos que han dejado sin sitio al mismísimo Carl Lewis en estas dos carreras virtuales. El hombre se ha puesto a correr mucho desde que Lewis se retiró y Bolt más que ninguno.