Al final, termino mosqueado. Ahora resulta que el personal se deslumbra por las genialidades del Kun Agüero, pero durante toda la jornada de ayer la gente solamente hacia apuestas sobre cuanto va a durar el argentino en el Atlético. Es el debate nacional y una ocasión única para que tanto Cerezo como Gil Marín acaben para siempre con la leyenda de club vendedor que tenemos los colchoneros. El Consejo debe hacer un esfuerzo galáctico en lo económico y darle al Kun el sueldo de las grandes estrellas (entre seis a nueve millones de euros limpios de polvo y paja) a cambio de subir su cláusula de sesenta a ciento cincuenta millones de euros. Muchos buitres de Inglaterra, Italia y España ya han llamado a la puerta de los representantes del argentino para decirle que están dispuestos a pagar lo que sea necesario. Por encima de la Champions o de la Liga, la prioridad es jubilar a Agüero de rojiblanco, por algo tan sencillo, pero durante años casi imposible como ha sido devolver la ilusión y la alegría a las gradas del Calderón. Se han arrojado a las aguas del Manzanares todos los sufrimientos de los últimos ocho años.

Ahora la siguiente leyenda urbana con la que tiene que acabar la plantilla de Aguirre es la que se refiere a la irregularidad y bajar la guardia ante conjuntos de segunda fila como pueden ser el Recreativo y el Getafe, próximos rivales. Con la mentalidad de Eindhoven incluso se puede aspirar con orgullo a estar luchando por la conquista del triplete. Calidad hay más que de sobra y la meta es intentar que las cabezas no se evadan con tanta facilidad. Lo que si tengo claro es que Agüero es superior a Messi, ya que el colchonero sabe moverse en el área como nadie y tiene mucho gol, la clave de los éxitos futbolísticos. Los atléticos vivimos tiempos de vinos y rosas y me da pena el futuro que le espera a Roncero siendo el farolillo rojo de los campeones.