Si no llega a ser porque un defensor del Sporting afea un poco el desenlace final de la jugada, al desviar el esférico, el segundo gol de Van der Vaart ayer sería posiblemente uno de los mejores de la Liga. Pero eso queda en anécdota si lo comparamos con la facilidad que tiene el único fichaje de la temporada del Madrid para llegar y hacer daño en la portería rival. Me recuerda un poco al inicio explosivo de otro holandés, Sneijder, que a estas alturas era máximo goleador del equipo la pasada temporada. La diferencia es que Rafael pisa más el área, no limita sus recursos rematadores a los tiros de larga distancia. Tanto él como De la Red aportan un plus de peligrosidad en ataque.

La lesión de Guti permite que esta nueva pareja de centrocampistas tenga los minutos suficientes para afianzarse en el once titular. Ambos aparentan frialdad en los inicios de encuentro que desaparece según avanza el partido. Además, en el caso de Van der Vaart, puede caer a la izquierda si Robben ocupa la zona opuesta del campo, algo que Schuster necesita tras la marcha de Robinho. En definitiva, estamos ante un futbolista polivalente y con gol cuyo fichaje quedó eclipsado por el culebrón Cristiano Ronaldo y con los posteriores intentos por incorporar a Villa.